El Ateneo de la SRA, un semillero de dirigentes con 40 años de trabajo

Este año el Ateneo de la Sociedad Rural Argentina (SRA) está cumpliendo cuatro décadas de actividad ininterrumpida preparando a los jóvenes para participar de distintas instituciones, y en especial de la SRA.

“Nuestro trabajo está orientado a promover la participación de los jóvenes en las instituciones, y en especial en el Ateneo de la Sociedad Rural Argentina. Fue fundado en 1983 por un grupo de socios, y desde hace 40 años trabaja de manera ininterrumpida. Es un espacio de jóvenes con la convicción de querer ser líderes en la SRA y en el sector agropecuario”, manifestó Manuel Etchevehere, presidente del Ateneo.

En la misma línea planteó que “es un compromiso de todos los que participamos del Ateneo incorporarnos a la SRA, aumentar el flujo de dirigentes que ingresan para representar al sector frente a la sociedad y las instituciones, tanto nacionales como internacionales, y frente a quienes toman las decisiones en nuestro país”.

Para participar del Ateneo es necesario ser menor de 35 años y ser socio de la SRA. La estructura organizacional cuenta con una asamblea donde están todos los ateneístas, una mesa directiva, más la comisión directiva integrada por los representantes de los 14 distritos en que está presente la entidad. “Somos más de 250 jóvenes ateneístas distribuidos en todo el país, con esta intención de formarnos para ser dirigentes y representar los intereses del sector”, resumió Etchevehere.

En cuanto a la agenda del Ateneo, el dirigente apuntó que “estamos trabajando muy fuerte en la sustentabilidad, la incorporación de tecnología, las alternativas de producción y los distintos tipos de producción en todo el país”, describió el presidente del Ateneo, y además se brindan talleres de oratoria, comunicación y negociación, que “nos permiten mejorar ciertas cualidades y desarrollar habilidades blandas para fortalecer nuestra representación y actividad gremial”.

Sobre el presente del país Etchevehere fue contundente: “La situación actual es lamentable, porque lo que vemos es un paradigma en el cual la política no está abocada a tratar los temas que a nuestro sector le interesan. Lo que más nos preocupa es el arraigo, porque montones de jóvenes todos los años abandonan sus afectos, abandonan a sus familias para probar suerte y oportunidades en grandes ciudades. Lo más grave es que no sólo se están mudando internamente, sino que también se están yendo del país, se están yendo a probar suerte a Australia, Sudáfrica, Nueza Zelanda, y cada vez con más fuerza, al norte de África. Tenemos esa dificultad de retener a los jóvenes y demostrarles que se puede vivir de y en el campo”.